Eva Belmonte (izda) y Lucía Méndez (dcha) minutos antes de la presentación de "Españopoly". Madrid 11/05/2015 |
Tengo el libro junto al teclado, "Españopoly" se llama. Esdrújula o llana, como cada cual pronuncie "Monopoly", escrito por Eva Belmonte - @evabelmonte - y publicado por Ariel.
Tiene una dedicatoria preciosa. Para leerla tenía que esperar a llegar a casa pero no lo hice, la leí en el metro. Libros con dedicatoria. De ésas de las de regocijarse.
Si piensas que la presentación de un libro puede ser una delicia, estás en lo cierto. Ésta lo fue, desde el primer momento, en que el editor dedicó el mejor elogio que este tipo de libro puede recibir - "todos los datos que aparecen en el libro están perfectamente documentados" - hasta el último, cuando llegaron las cervezas y las conversaciones en el Irish Rover.
Cogió el micro Lucía Méndez y explicó que "Españopoly", debía ser un libro de barra de bar porque había sacado al escenario la realidad, poniendo fechas, nombres y cargos. Demostrando seriedad, rigor y todo lo que cabe exigir a un periodista.
Recorrió brevemente, algunos de sus capítulos: la Grandeza de España (o cómo a algunos no les basta con ser empresarios y tener éxito, sino que además quieren ser aristócratas), el caso Cañete en la UE, (o cómo resultó que el nivel de exigencia, que fue suficiente para España, no sirvió ante la Unión Europea) o las Cajas rescatadas (agujeros negros sobre los que la sociedad aún no ha hecho catarsis). Habló Lucía, de la sociedad civil harta, de 15M-paRato, de UPyD, de asociaciones como HayDerecho y Civio entre otros y animó a Eva a que perseverara, porque tal vez un día lograría encontrar respuesta a esas cosas que aún desea saber.
[¿Cuánto perdonaron los bancos a los partidos políticos?¿Con quién se reúnen los ministros antes de elaborar un Proyecto de Ley? Y... ¿Cuándo entró Aznar en Endesa?]
Terminó con elegancia y humildad: reconociendo a la persona y a la profesional.
"Es fácil ser una periodista como yo. Lo difícil es ser como Eva, que tras quedarse en paro se reinventó y logró sacar la inspiración del BOE. (Eva) No conozco a tu padre, pero seguro que está muy orgulloso de ti."
Y en ese ambiente un poco de corazón encogido, tomó la palabra y la pantalla, Mauro Entrialgo - @Tyrexito "dibujante, entre otras cosas" - con ocho metáforas visuales que reflejan lo que podríamos encontrar dentro del libro. Fueron ocho y no siete ni seis, sencillamente, porque había cogido un DIN-A3 y lo había dividido por la mitad y otra vez por la mitad y, de nuevo, otra vez por la mitad.
Mientras yo tomaba notas y sacaba fotografías de la pantalla donde iban apareciendo una tras otra las metáforas, el resto del público jugaba al bingo a traición. Sí, al Españobingo, buscando entre las palabras de Lucía, Eva o Mauro cosas como: "venado", "Indulto", "Tribunal Constitucional", "Koplowitz" y "Ley de Contratos del Sector Público" para cantar línea.
Metáforas visuales de Mauro Entrialgo (*) |
Podemos encontrar Tragicomedia en cualquiera de las historias que relata Eva. Primero te ríes de la anécdota, luego lo piensas y te quedas "acongojado" de lo que ocurre en tu país. También hay Historia, pero no la tradicional de los triunfadores, ni siquiera la intrahistoria de los pobres, lo que surge es la historia ignorada de los poderosos. E Instrucciones, tan poco útiles para la vida de cualquiera como podrían serlo las de un acelerador de partículas, pero que te permitirán entender frases como "yo no soy marqués porque mi padre no quiso pagar". La cuarta metáfora es un Directorio como todos, lleno de nombres. Un índice onomástico, que gracias a que los poderosos suelen variar poco a lo largo de los años, hará que asocies nombres y anécdotas cuando escuches las noticias. Le siguen la Objetividad, - están todas las fuentes - y las Señales que nos dirán dónde mirar en el maremágnum de información que recibimos cada día, para acabar, cómo no, en la Política - en este punto aclaró entre risas, que el dibujo representaba a una mujer cantando una canción protesta - que no es hablar de los dirigentes, sino interesarse por las cosas del gobierno de un país. Este libro es así, dijo, utiliza la transparencia como forma de animarnos a reaccionar. Y al final, ¿hay tesis?
"Cada uno de nosotros es bueno en algo, es en ese algo donde tiene que meter caña", le respondió Eva, que solo aspira a que cuando se produzca un debate público, sea cual sea el objeto de discusión, se base en hechos. Simplemente saber cómo funciona la Administración Pública, porque solo así podremos proponer mejoras.
Eva, la chica que quiso escribir una novela del oeste, (incluso tenía preparada una anécdota de "Los siete magníficos" pero acabó eliminada. Los vaqueros que salvan al pueblo mexicano - pero, ¿y el resto? - de los "malosos", fueron sustituidos por el tablero del monopoly y la tarjeta del montón "Suerte" que te permite quedar libre de la cárcel) también tiene deseos raros como por ejemplo, denunciar todos los pliegos de contratos que son abiertamente ilegales.
Y es que sí, es rara, en el sentido más estupendo de la palabra. (**)
Y es que sí, es rara, en el sentido más estupendo de la palabra. (**)
(*) Las imágenes de estas metáforas visuales no hacen justicia a las originales. Eran mucho mejores, pero mi ángulo no era bueno y (¡ay!) tampoco la fotógrafa. Confío en que Mauro me perdone por las modificaciones intruducidas en la presentación de sus dibujos.
(**) La frase desgraciadamente no es mía, se la acabo de robar a Kiko LLaneras (@Kikollan).
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