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Citado en el libro "De qué hablo cuando hablo de correr" H. Murakami

domingo, 16 de marzo de 2014

El hombre que llevó una compresa. Grandes insensatos I

Artículo 10.1 Constitución Española:

  • La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social


"Un hombre sin apenas educación ha hecho esto. Los hiperformados, ¿qué vais a hacer por la sociedad?"





Arunchalam Muruganantham, es un hombre singular. La mayoría de nosotros lo habríamos tachado de loco si no conociéramos su enorme éxito. A pesar de él, muchos siguen pensando que lo es.
Tal vez sea un loco, una de esas personalidades que deben ser libremente desarrolladas, una curiosidad que necesita ser saciada y que nada ni nadie parece poder detener. Sí, este hombre encarna a la perfección la definición de insensato.
Merece la pena leer este largo reportaje de la bbc (inglés) para conocer los detalles.

De manera resumida: ¿quién es y qué hizo Muruganantham?

Muruganantham es un obrero poco cualificado que tras la muerte de su padre y para ayudar a su madre en el mantenimiento de la familia, abandonó el colegio y su formación a los 14 años. En 1998 con 29 años y recién casado, se encuentra por primera vez en su vida con una compresa sanitaria. Trataba de impresionar a su joven esposa, animándola a utilizarlas tras descubrir los medios antihigiénicos que utilizan el 88% de las mujeres en India (datos de 2011). Según sus propias palabras: "trapos que no utilizaría yo ni para limpiar mi scooter".
Él no lo sabía entonces, pero la ausencia de higiene provocada por la superstición, la falta de recursos e información entre las mujeres y niñas en la India es la responsable, entre otras cosas, del abandono de la escuela de aproximadamente el 23% de las niñas tras comenzar a menstruar, o de que entre estas mujeres haya un 70% más de infecciones en el tracto reproductivo.

Su mujer le mostró la realidad: adquirir compresas para las mujeres de la casa implicaría no poder comprar leche.
Y ahí comenzó su obsesión, su maravillosa locura: descubrir de qué están hechas esas compresas, por qué son tan caras y cómo fabricarlas a un coste mucho menor para que resultaran accesibles a las mujeres de su entorno.
En una aventura realmente desquiciada, se convirtió en el primer hombre que llevó una compresa durante 5 días, diseñó y fabricó una máquina de bajo coste capaz de producir unas 250 compresas diarias, fue rechazado por su familia y su comunidad y finalmente terminó por recibir de manos del presidente Pratibha Patil el premio nacional de innovación.

Hasta ahí una historia increíble de superación personal. Pero hay en ella algunos detalles que me han llamado especialmente la atención y hecho reflexionar.

El primero de todos es la actitud de este hombre ante la educación, los negocios y el dinero. La patente de su máquina podría convertirle en un hombre rico, pero él razona que "el dinero te permite vivir en una casa con una habitación extra, y luego te mueres". Dice, como si de algún tipo de conocimiento universal y común se tratase, que desde que era niño sabe que lo que mata no es la pobreza sino la ignorancia, y por eso no quiere acumular dinero, por eso es y actúa como un hombre iletrado. Porque es la manera de que su aprendizaje nunca se detenga.

Por eso ha convertido los planos de su invento en material público y ha decidido vender sus máquinas exclusivamente a los Women Self-Help Groups
Aquí tenéis un ejemplo, el presupuesto desglosado de una de sus máquinas. Ya no se trata de higiene. Se trata de empoderar mujeres y niñas permitiéndoles crear sus propios negocios, haciéndolas protagonistas de su vida, dándoles la oportunidad que hasta ahora no han tenido. Estos grupos de mujeres facbrican y venden a bajo precio estos productos, a veces ni siquiera a cambio de dinero, sino de cebollas y patatas, y enseñan a otras mujeres cómo usarlas. Crean riqueza y mejoran notablemente su vida.

Otro detalle que me ha llamado poderosamente la atención y entristecido, todo hay que decirlo, es el hecho que el gobierno indio, tras conocerse los demoledores datos del informe encargado en 2011 a la agencia AC Nielsen, decidiera subvencionar los productos higiénicos para las mujeres pobres, sin contar con la maravillosa aportación de Muruganantham. Cuando le preguntan dice que sus ojos ya están puestos en el mundo entero, en seguir llevando su máquina a todas partes y crear nuevos puestos de trabajo para las mujeres. Pero yo no puedo evitar pensar que aunque él nunca compitió con las grandes multinacionales, ellas sí lo han hecho con él.
La subvención tarde y mal del estado frente a la generosidad y genialidad del hombre. Que te "regalen" compresas o que logres ser dueña de tu vida.

"Donde Nerhu falló, una máquina tuvo éxito"


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