Sub-cabecera

Citado en el libro "De qué hablo cuando hablo de correr" H. Murakami

sábado, 9 de marzo de 2013

¡Pero no es justo!

La mayor parte de lo que he leído hoy está marcado por la celebración del Día Internacional de la Mujer , iba a poner Trabajadora, pero me he detenido a tiempo porque ya no se llama así, o ya no se celebra eso, o sí, pero no se dice.

Ha sido cosa de la ONU, dicen, el cambio. Pues tal vez no haya que distinguir, tal vez sea más importante señalar un día para prestar atención a la ingente cantidad de barbaridades que se cometen contra las mujeres de cualquier edad y condición a lo largo del planeta. Y la de la vida laboral sea tan sólo una faceta más.

No creo que este tipo de iniciativas arregle mucho la situación, pero peor es nada. Creo que las cosas cambian cuando cambian los niños. Cuando cambiamos nosotras y les mostramos lo que pueden ser aunque nosotras no lo seamos. Y aunque enseñar con palabras no es lo mismo que con hechos, tal vez funcione.

Seguro que todos habéis oído hablar de Malala. Su historia es absolutamente impresionante. Me pienso en su piel, y en ninguno de los escenarios que puedo imaginar habría sido capaz de arriesgar la vida de esa manera por asistir  al colegio. Es un ser humano especial, de esos imprescindibles para que la especie prosiga.
Los adultos medimos mucho las consecuencias, y está bien que lo hagamos, así sobrevivimos, pero con lo que ganamos también perdemos.

¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión "¡pero no es justo!" dicha por un niño?. Siempre me produce cierta risa, y con una pizca de malicia, lo reconozco, murmuro: "efectivamente la vida no es justa".

Una niña me ha dado una pequeña lección: es preferible esperar un poco antes de aprender que la vida es, en esencia, injusta, porque cuando lo hacemos, aprendemos a tolerar sin resistencia, muchos agravios gratuitos.
Pequeños gestos. Aprender lo que es una carta al director de un periódico. Enviar una petición para reclamar la posibilidad de llevar pantalones, como los chicos, en el uniforme del cole. Querer hacer el pino en el patio sin preocuparte y librarte de los leotardos. Buscar la manera de solucionarlo.
Y todo porque: "no es justo!"

Y el adulto responsable preocupado y al tiempo orgulloso y admirado.

La próxima vez que repita: "es que la vida no es justa" espero que me corrijan y me recuerden: es que no hacemos mucho para que lo sea.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Share This