Dice este estudio de Anxo Sánchez que en asuntos de cooperación, los adolescentes son impredecibles y los mayores - yo prefiero el término "viejos" - resultan ser buena gente.
Y de viejos va esta historia, en concreto de dos mujeres, o puede que tres, según se dé el relato.
La primera era diminuta, pequeñita y flaca con el moño apretado, zapatillas de felpa, bata oscura y cientos de miles de años. La cuidaba su hija, que ya había superado hacía mucho la edad de jubilarse. Tenía una sombra bajo los ojos, el cabello corto, las canas sin teñir desde hacía demasiado tiempo y una nota de ansiedad en la voz.
Abrió la puerta e invitó a la joven a pasar. Angustiada, le dio las gracias y se disculpó a un tiempo. No tardaría mucho, solo tenía que acercarse al mercado, y la abuela estaba tranquila...
Sub-cabecera
Citado en el libro "De qué hablo cuando hablo de correr" H. Murakami
martes, 30 de septiembre de 2014
lunes, 15 de septiembre de 2014
Meriendas
Dicen los expertos que deberíamos merendar toda la vida, que no es cosa de niños, que a los adultos nos conviene mantener este hábito de la infancia.
Yo meriendo, y es probable que sea la única comida que respete religiosamente.
En mi memoria, la merienda tiene un poder evocador tremendo, me traslada, cómo no, a la infancia, cuando llegaba a casa del colegio. Y eso era muy tarde.
Llegaba muerta de hambre porque mi parada era casi la última de la ruta, y era muy mala "comedora". No recuerdo nada que me gustara del menú escolar salvo el pan y la fruta. Así que, cuando bajaba con mis hermanas del autocar, corríamos a la tienda del "Señor Abad".
Yo meriendo, y es probable que sea la única comida que respete religiosamente.
En mi memoria, la merienda tiene un poder evocador tremendo, me traslada, cómo no, a la infancia, cuando llegaba a casa del colegio. Y eso era muy tarde.
Llegaba muerta de hambre porque mi parada era casi la última de la ruta, y era muy mala "comedora". No recuerdo nada que me gustara del menú escolar salvo el pan y la fruta. Así que, cuando bajaba con mis hermanas del autocar, corríamos a la tienda del "Señor Abad".
domingo, 7 de septiembre de 2014
El todo y las partes o cómo los humanos queremos creer
Tras publicarse la entrevista a Monedero en El Mundo con declaraciones como:
Somos mucho más que ideología. A veces mejores, a veces peores, que los principios que creemos defender. El conflicto surge cuando se realiza la identificación "Los Míos" = "El Bien": aunque sea con matices, aunque discrepemos en detalles, somos El Bien.
¿Pero qué ocurre cuando pertenecer al mismo club no te garantiza la cooperación?
Que o bien no pertenecíais al mismo club, o el club no es lo que pensabas.
'Podemos no va a ser la UCI de ningún partido del régimen del 78'Leo en Twitter:
Estoy acostumbrado al anuncio del fin de IU desde Guerra, y de la irrelevancia desde Aznar. No me lo esperaba de un compañero de izquierdas
— Gaspar Llamazares (@GLlamazares) septiembre 7, 2014
He aquí un caso de discriminación positiva con resultado de "desengaño"Somos mucho más que ideología. A veces mejores, a veces peores, que los principios que creemos defender. El conflicto surge cuando se realiza la identificación "Los Míos" = "El Bien": aunque sea con matices, aunque discrepemos en detalles, somos El Bien.
¿Pero qué ocurre cuando pertenecer al mismo club no te garantiza la cooperación?
Que o bien no pertenecíais al mismo club, o el club no es lo que pensabas.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Cuando elegir colegio implica cambiar el mundo
Acabo de leer un artículo en el periódico El País. Se llama "Lecciones contra el horror". Me ha impresionado tanto que inmediatamente he querido saber más.
He accedido a la fuente y estos 9 minutos de vídeo me han devuelto la esperanza.
Pensaba en cuando mi madre, caballa y católica (Ceuta), me contaba que sus mejores amigas de niña eran una musulmana y una judía. Cada una celebraba un día, cada una rezaba en una lengua, pero eran las mejores amigas jugando a los juegos comunes, las piedras, el truque...
Pensaba en lo estúpido que parece todo lo que veo por aquí: educar separando niños y niñas, hacer de la lengua un obstáculo en lugar de un puente, instrumentalizar la educación a través de la financiación.
Todo se resume en lo mismo:
la mediocridad de sociedades e individuos que utilizan el poder que la educación otorga para ahondar en las diferencias.
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