Autor: Simón Perera
Primero el contexto: "Lucy" (técnicamente AL
288-1) es lo que vemos a la derecha: un conjunto de huesos de una especie
de australopiteco.
Los australopitecos eran un grupo de especies antiguas, entre hace 4,5 y 2 millones de años. Científicamente, se les conoce como género Australopithecus ("mono del sur", pues era el fósil de primate encontrado más al sur de África).
Los australopitecos y otros fósiles suelen ‘venderse’ como nuestros antepasados, pero científicamente no se consideran así. Fíjense en el siguiente árbol genealógico de especies (filogenético).
TODOS los fósiles aparecen en las puntas, porque es casi imposible determinar que sean verdaderos ancestros (nodos). Por eso hay que coger con pinzas las afirmaciones de que Lucy era nuestro ancestro, e incluso “nuestra abuela”.
En realidad, es prácticamente imposible que Lucy (el individuo) fuera nuestro ancestro. Y es posible que su especie no lo fuera. Aunque la especie de Lucy, Australopithecus afarensis es una de las posibles especies ancestrales de Homo, también lo son A. africanus, A. anamensis, A. garhi... Además, dado que se encuentran muy pocos fósiles, es aún más probable que estas especies sean más nuestros “primos” antiguos más o menos separados de los ancestros (nodos) comunes, que estos mismos ancestros.
Aún así, es cierto que A. afarensis es una especie importante en nuestra evolución, y Lucy es probablemente su miembro más importante. En este contexto, John Kappelman y otros investigadores de Texas y Etiopía publican, en la revista más prestigiosa (o casi), que Lucy murió cayendo de un árbol. Esto, aparte de ser una anécdota, tendría consecuencias para nuestro conocimiento sobre la evolución humana, ya que confirmaría que los australopitecos, a pesar de haber desarrollado ya el hecho de caminar erguidos (bipedestación), seguían dependiendo al menos parcialmente de los árboles.
¿Cómo lo saben?
Resumen: parece que un par de huesos se rompieron por una caída. Otros huesos también podrían haberse roto por una caída. En particular, los húmeros y el fémur conservados de Lucy muestran roturas por compresión, que indicarían caída. Otros huesos no indican caída, pero no la desmienten, por lo que los autores los citan como apoyo.
PERO.
¿No podría ser que el contexto de la muerte fuera otro, y las roturas fueran posteriores? Las alarmas han saltado entre algunos antropólogos físicos porque el artículo omite una parte importante: la discusión de resultados.
Lo normal en ciencia es contrastar tu hipótesis con otras alternativas, pero el artículo de Lucy no lo hace en el cuerpo del artículo (en el apartado de Discusión, que sirve para eso), sino que lo relega al material complementario y no hace todas las comparaciones posibles.
Esencialmente faltan dos comparaciones cruciales: contexto y fósiles.
- Contexto: muchos animales de la zona de Lucy tienen fracturas similares, y no se cayeron de ningún árbol. Es el caso, por ejemplo, de rinocerontes o caballos, como se puede ver en la fotografía de la derecha.
- Fósiles: algunas de las fracturas de Lucy aducidas como argumento para la caída aparecen por el propio proceso de fosilización.
Esto ha llevado a algunos antropólogos tan importantes como Tim White (uno de los grandes, codescubridor de Lucy y de otros ""ancestros"" igualmente importantes) a calificar el "descubrimiento" de la muerte de Lucy como un sinsentido.
Así que, ante la falta de consenso: NO podemos afirmar taxativamente que se conozca la causa de la muerte de Lucy.
O, tal y como se suele comunicar la ciencia, "NO, Lucy no se cayó de ningún árbol"
Simón Perera es investigador en genética de poblaciones (en colaboración con el Grupo de Investigación en Antropología Biológica de la UAB) y responsable de Diseminación Científica y Nuevos Proyectos en empresa de biología de sistemas y bioinformática (Anaxomics).
@SimonPerera
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Fuentes:
- El artículo original: Perimortem fractures in Lucy suggest mortality from fall out of tall tree (2016), Nature. doi:10.1038/nature19332
- El artículo periodístico en Materia (El País).
- Pueden leer a algunos antropólogos críticos aquí (@johnhawks) o aquí (el propio Tim White).
En serio, tuve que virar de lado la computadora para leer bien el árbol genealógico. Por suerte no era un teléfono inteligente o table; porque si no tendría que haber fijado la pantalla para verlo bien. Y mirándolo, creo que no era necesario hacerlo vertical como un árbol creciendo.
ResponderEliminarSí, yo creo lo mismo, me pareció un poco exagerado la rotundidez de la afirmación científica; pero no dije nada para no parecer hipercrítico siempre.
Esa pasión por encontrar las causas de muerte en los huesos motiva toda una moda de series de TV, desde "CSI" a "Bones" que fascinan al público norteamericano, está en el origen del trabajillo de Nature. ¿Pero serían capaces de decir si se cayó o la tiraron?
ResponderEliminarCreo que los que se han caído de un guindo son los "forenses".Estoy de acuerdo con el autor del artículo.No parece muy riguroso dicho estudio.Como especulación un truño.Como método científico...no se ve por ninguna parte.
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