Sub-cabecera

Citado en el libro "De qué hablo cuando hablo de correr" H. Murakami

miércoles, 27 de agosto de 2014

Amigas

No sé si a los hombres les pasa. No sé si es cosa de mujeres o es un tópico estúpido como tantos. Sí que conozco a mujeres que les sucede.
Necesitan ordenar sus armarios, sus rincones. Desprenderse de tantos trozos de cosas que se van acumulando con el paso de los días, en muebles y cajones.
Hay zonas de tu hogar que habitas, otras no.

Hay mujeres que se refugian en esas zonas y evitan las otras. Es en ellas donde arrinconan el caos.
Pueden no mirarlas, pueden incluso fingir que no existen. Y a veces pasa, que su espacio habitable se va reduciendo.
Hay mujeres que están rodeadas de personas que deberían quererlas. Incluso diríamos que las quieren, pero el interior del microondas donde calientan el café o la forma en que guardan el resto de carne picada que sobró, revelan que están solas.

Hay mujeres que se han acostumbrado a no ser queridas y el espacio que habitan, poco a poco, va menguando, hasta que se reduce al tamaño de un sofá.
Hay palabras amables cotidianas que son crueles,  castigos que se infligen como regalos, egoísmos que se disfrazan de preocupación.
A veces limpiar un suelo de rodillas hasta convertirlo de nuevo en un hogar, es un acto de amor. A veces encuentras hombres que lo intuyen.

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