Si hace unos días escribía sobre el desperdicio que suponía descuidar a nuestras niñas, especialmente a aquellas que pudiendo llegar a ser líderes en multitud de campos por sus altas capacidades, se escondían, ya fuera por seguir un rol preestablecido, o por entender erróneamente que debían elegir, hoy he leído este artículo de El País: Las familias prescinden de ellas y se me ha caído el alma a los pies.
El artículo se centra en la India y en cómo la pobreza parece cebarse especialmente con las niñas, cita un informe elaborado por (María Stravopoulo y Nicola Jones), la ONG "Plan" junto con el "Overseas Development Institute" de Londres y estudia los efectos de las crisis económicas especialmente en mujeres y niñas, en todos los aspectos de la vida.
Los detalles son demoledores.
En los periodos de crisis, "las niñas son las más pobres de entre los pobres" será porque valen para todo, una maldición que hace que cuando los ingresos familiares se reducen sean las hermanas las que cuiden a los niños pequeños y se ocupen de las tareas del hogar para posibilitar a sus madres dedicar más tiempo a un trabajo remunerado, y ello en muchos casos implica dejar el colegio.
Una caída del 1% del PIB tiene como consecuencia que las tasas de mortalidad infantil se elevan en 7,4 fallecimientos por cada 1000 nacimientos para las niñas y 1,5 fallecimientos por cada 1000 nacimientos para los niños. Las respuestas a esta disparidad están en la malnutrición y en las medidas sanitarias, se relatan casos en los que se alimenta primero a los varones por ser los que aportan el sustento, aunque eso ya no sea así, o por ejemplo sorprende el dato de que las niñas se vacunen un 13% menos que los niños. La pobreza hace que el gasto del transporte al hospital o faltar al trabajo sean motivos para elegir.
Tal y como se puede leer en el artículo y en el informe, aumentan los matrimonios de cuasi niñas, muchas veces como estrategia de supervivencia, para reducir el número de dependientes en la familia. También aumenta la tasa de violencia doméstica y otros horrores.
Y hay un pequeño párrafo que me ha llamado la atención, " hasta el tiempo libre de las niñas y mujeres se reduce durante las crisis económicas () cuando los ingresos familiares menguan y se recortan los servicios públicos, las mujeres ven sus cargas productivas, domésticas y reproductivas aumentar" (página 28)
Y me pregunto por enésima vez, por qué, siendo tantas, nos queremos tan poco.
Aquí os dejo el enlace a la campaña "Por ser niña" de Plan. Para que no todo sean malas noticias.
Aquí os dejo el enlace a la campaña "Por ser niña" de Plan. Para que no todo sean malas noticias.
Me ha encantado , el articulo sobre las niñas del " primer" mundo... aunque ya ha pasado tiempo ... En España la mujer estaba destinada al matrimonio y la crianza y estaba incluso mal visto!, que fuera demasiado culta!
ResponderEliminarComo han cambiado los tiempos!. O los " mundos"
Fantástica reflexión Elena ,otra vez distes en el clavo.
Muchas gracias por tu comentario, afortunadamente han cambiado las cosas, pero no tanto como cabría esperar.
ResponderEliminarMires donde mires, en todas las culturas, en todas las épocas, la parte femenina del mundo va un paso por detrás. A veces pienso que resulta incomprensible que un grupo social tan numeroso soporte esa situación a lo largo de los siglos sin armar una revolución. Y sin embargo lo hacemos, y lo que es peor me temo que educamos a nuestros hijos para que la perpetúen.
No creo que la solución sea que exijamos ser como los varones, sino que los varones aprendan que ser como las mujeres es algo valioso que redunda en beneficio de todo el grupo.
Y creo que esa será verdaderamente nuestra gran revolución.