Pocas frases me han parecido nunca tan revolucionarias como la que he leído en la conversación que Ana Pastor ha mantenido con una mujer extraordinaria (1). Se llama Somaly Mam.
«Necesito cambiaros, que no sintáis placer al pegar a una mujer»
Así. Esas sencillas palabras dirigidas a un auditorio de militares entre los que se encontraban algunos que la habían violado y golpeado. Nada más que añadir.
Cuando era adolescente, (y como es propio y necesario en la edad) vehemente y un tanto radical, cada vez que tenía conocimiento de alguna barbaridad cometida contra las mujeres, gruñía airada: "tendríamos que ir un ejército de mujeres y acabar con eso". Pensaba que ser derrotados por las propias mujeres, supondría un plus de humillación para aquellos que nos despreciaban y una dosis de orgullo para tantas que habían terminado por interiorizar sus mentiras y repetirlas en sus hijas. Era una venganza cruel y satisfactoria.
Vivir unos cuantos años te atempera y en el mejor de los casos te hace un poco más sabio. Rebajas tus expectativas sobre todo y todos, hasta que llega una mujer como Somaly.
Necesito cambiaros, necesito cambiaros. Esa frase da vueltas en mi cabeza.
Me hace ver que la venganza tal vez aplaque el alma propia por un tiempo pero si de verdad quieres lograr cambiar la vida de los demás has de hacer algo mucho más difícil. Ella sabe que para salvar a esos miles de niñas de la prostitución y darles una oportunidad como seres humanos hay que educarlas, a ellas y a sus torturadores.
Y ese es un cambio permanente y contagioso. Un cambio definitivo e imparable. Esa es la invasión de mujeres que necesita el mundo.
Hay preguntas que necesitan ser hechas porque es imprescindible difundir respuestas como esta.
PD: Hoy otra mujer ha sido asesinada. Por ser maestra. Por enseñar a las niñas. Se llamaba Shahnaz Nazli. Hoy otra vez #NecesitoCambiaros. Gracias Somaly. Gracias Ana.
(1) Publicada en El Periódico domingo 24 de Marzo de 2013