"La aspiradora se niega a aspirar
dice que no, que no, ni hablar
la nevera está leyendo a Marx
y me dice que la deje en paz"
Alaska y Pegamoides. La revolución de los electrodomésticos .1982
Madrid 7 marzo 2015. Irish Rover |
Ellos fueron los protagonistas de la tarde: Imma Aguilar (@immaaguilar), una moderadora a la que le gusta radicalizar, Luis Abenza, un politikon que se prodiga poco - y tras escucharle, mucho menos de lo que debería - y Sílvia Claveria ( @Claveria) , editora de Gerrymandering (@gerrymanders ).
Después de toda una semana de artículos dedicados a género, infancia y desigualdad, era un estupendo broche de cierre, justo antes de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Comenzó Imma, mencionando dos hechos recientes que, puestos uno junto a otro, dan para horas de conversación. El primero, el gobierno formado por Syriza, de un uniforme color masculino. El segundo, hace apenas 1 día, el anuncio del PP de sus candidatos en Madrid para Comunidad y Alcaldía: dos mujeres.
Me sorprendió escuchar que no hace tanto de la primera vez que un partido político (PSC) aprobó una cuota mínima - un escuálido 12% - de representación femenina, en contra de su propia dirección. Fue en el año 82. En 2002 ICV estableció la paridad. No hace tanto, efectivamente.
- 1ª Fase. Principios de siglo. Las mujeres trabajaban hasta que encontraban marido o, si lo tenían, hasta que éste podía mantener la familia, entonces, volvían a casa.
- 2ª Fase. Años treinta. Se produce la "revolución de los electrodomésticos", la productividad doméstica aumentó exponencialmente y en consecuencia, también lo hizo el empleo a tiempo parcial de las mujeres.
- 3ª Fase Años sesenta. La participación femenina pasa de un 25% a un 46% pero no existe promoción y pocas salidas a medio plazo. Entre las causas que explican este aumento se encuentran: cambios regulatorios, cambios tecnológicos y los llamados "nuevos hombres". Esta cita me ha gustado especialmente y si Luis Abenza llega a leer este post, le ruego que me envíe el artículo al que alude. Es de Barbara Petrongolo, y según Luis, es el artículo que a él le hubiese gustado escribir. Estos nuevos hombres, eran los hijos de mujeres que trabajaron, deduzco que como consecuencia de la guerra, y que una vez llegados a la madurez, eran mucho más propensos a elegir como esposas, mujeres que trabajasen. [Es que, realmente, es muy potente la idea. Me hizo pensar inmediatamente si el hecho de obligar a los padres a aceptar una baja de paternidad, no les llevará a reivindicarla, una vez que descubramos los beneficios que comporta para la sociedad en general y para el individuo en particular.]
- 4ª Fase. A partir de los setenta. La brecha salarial comienza lentamente a cerrarse. La edad en la que se contrae matrimonio se retrasa y eso hace que, por un lado, las mujeres que se casan ya trabajen, y por otro, se tomen más decisiones conjuntas. En este punto, un descubrimiento, su legalización y generalización, resulta muy relevante: la píldora anticonceptiva, legalizada en USA en 1960 y en España en 1978, debida a Carl Djerassi, contribuyó a facilitar que las mujeres hiciesen inversiones a medio plazo en su formación y carrera laboral.
- Porque una sociedad en la que nacer hombre o mujer te segmenta, no es una sociedad donde exista igualdad de oportunidades.
- Porque la participación de la mujer en el mercado laboral afecta al comportamiento económico de las familias. Está comprobado que cuando las mujeres trabajan, gastan más en ellas y lo que resulta más significativo, en sus hijos ["La reforma de las pensiones empieza por los niños" cita de un profesor de la P Fabra que también me gustaría que me hicieran llegar].
- Porque invertir radicalmente en niños y mujeres es la clave del estado de bienestar.
- Y por último, porque no hay correlación negativa entre fecundidad y empleo femenino, es decir, hay mucho margen para hacer cosas en este aspecto.
Las mujeres se han incorporado al mercado laboral, es un proceso irreversible al que no podemos ni debemos negarnos.
Y tras esto tomó palabra y micrófono, Sílvia Claveria que centró su intervención en el papel de las mujeres en política.
Los datos son un tanto demoledores, solo en Finlandia, Noruega y Suecia, se cumple la paridad.
Hasta 1995 había dos factores que explicaban la presencia o ausencia de mujeres en política. Por un lado estaba la "disponibilidad" de mujeres para ocupar cargos (preparación). Por otro, las posibilidades de aceptación de los cargos por parte de las mujeres.
Desde entonces, es la demanda de mujeres la que influye mucho más y no es homogénea:
- Tipo de reclutamiento: los países que eligen para ocupar cargos políticos a especialistas son los que más mujeres reclutan.
- Coaliciones. Los gobiernos de coalición tienen menos puestos para repartir y ello perjudica a as mujeres.
- Ideología. Tradicionalmente los gobiernos de izquierdas han sido más beligerantes en asuntos de paridad. [De ahí que lo expuesto por Imma al principio, diera para horas de conversación y bromas varias].
- Si existen cuotas obligatorias, voluntarias o no existen en absoluto
- La cantidad influye en la calidad: cuantas más mujeres haya en el Parlamento, más mujeres en el gobierno. [Igual que las buenas ideas, es realmente difícil tener una idea brillante, si solo tienes una idea].
- Efecto Contagio. Parece que influye mucho menos de lo que se piensa. El hecho de que un gobierno imponga la paridad, no necesariamente obliga al siguiente a mantenerla.
- Tener un posgrado.
- Haber cursado estudios de derecho.
- Tu vida en política. Más posibilidades cuantos más años lleves en ello.
- Haber sido ministro anteriormente.
- Pertenecer a la ejecutiva del partido.
Y esto pasa a nivel nacional, pero a nivel local, las cosas y las causas, cambian. Ya no es la demanda la determinante, sino la oferta.
La política local se convierte casi en una tercera jornada laboral para muchas mujeres (muchos de nuestros concejales no están profesionalizados, no tienen sueldo) y entre los 25 y los 45 años, las mujeres desaparecen de la política en este nivel.
También apunta otros rasgos que pueden contribuir a esta situación, como la falta de confianza en sí mismas, [Alice Munro: "No puedo ponerme en la cabeza de los hombres por una simple razón: nunca voy a poder sentir, como ellos, que lo más natural sea que todo gire alrededor de mi trabajo y mis intereses"] el tipo de liderazgo masculino que favorece a los hombres e incita a las mujeres a autoexcluirse y la aplicación de dobles estándares: cuando la masculinidad está muy valorada, todo aquello que no requiere objetividad demostrada, favorece la elección de hombres vs mujeres.
Concluye Sílvia que la baja representación femenina, no solo afecta a la igualdad de oportunidades, sino a la calidad de la democracia: sustantiva (relación entre mujeres y tipo de políticas a aplicar) y simbólica (cuantas más mujeres se vean reflejadas en la composición de sus gobiernos, más desearán participar).
Como cierre, Imma Aguilar, añadió una reflexión: las empresas hace tiempo que comenzaron a aplicar roles femeninos en su funcionamiento tales como, empatía o liderazgo vs autoritarismo. La política todavía no lo ha hecho.
Y sea este pequeño esfuerzo de las dos de la madrugada, mi humilde aportación a la celebración de hoy, (¡ya es hoy!).
Feliz Día Internacional de la Mujer.
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