Catarsis

Tres semanas sin escribir y sigo bloqueada, no soy capaz de deshacer la maraña de asombro y desconcierto.
Se me acumulan los anteproyectos de ley. Leyes que, hasta hace no demasiado, eran objetos lejanos y ahora parece que no puedes dar un paso sin tropezarte con una.
Creo que empiezo a desvariar. Ese afán por prohibir y decidir sobre los demás parece contagioso. Miro el hueco que la máquina de coca-cola ha dejado en la pared del soportal y pienso en lo curiosa que es la vida. Una reunión de vecinos pre-cabreados por las derramas que se avecinan, una familia que reclama su justo derecho a vivir tranquila frente al uso indebido que algunos adolescentes han hecho de la sala común. Y todos a una, sin pestañear: clausuramos la sala.
Daba igual lo que se propusiera, estábamos lanzados, así que cuando de forma tímida otro explicó que el ruido que hacen al caer las latas de refrescos, algunas noches de verano, le molestaba, se vota de forma expeditiva y dicho y hecho: a tomar por saco la máquina.

Yo misma, al terminar la reunión, les dije: os vais a quedar sin mus. Se acabaron las partidas de cartas en el jardín. Si la solución a cualquier conflicto va a ser la sanción irracional e indiscriminada, los hobbies, por pacíficos que sean, no se van a librar.
Y así nos salen los proyectos de ley como churros oiga. Vamos a convertir delitos en faltas administrativas con multas suculentas y a añadir otras nuevas y fantásticas, que los jueces muchas veces se toman esas cosas a la ligera y lo perdonan todo. Así cobramos primero y ya recurre usted después. Pero recurra ante mi, que ya tengo su pasta, a ver si me convence de que se la devuelva.
Así que sin máquina de coca-cola y con la duda existencial de si podré seguir corriendo gratis, mientras esquivo marquesinas de autobús colocadas en aceras de menos de tres metros, cacas de perro, bolardos y postes de luz en algo de 60 centímetros que dicen es por donde hemos de circular los peatones, o he de coger el coche e irme hasta algún recinto convenientemente señalizado en el que practicar deporte de manera ordenada y regulada por la autoridad administrativa competente.

Y la luz, ¡ay Dios!, y creíamos que el Senado no servía para nada, y mira tú por dónde que sirve para quitar 3000 millones de una ley y que se monte la de San Quintín en la subasta de la energía unos días después. Porque hay subastas de energía muy frecuentes. ¿No lo sabía? Pues es como lo de la prima de riesgo, que del desconocimiento absoluto pasamos a hacer chistes y ahora tengo un bot que me dice cada rato a cómo anda la cosa, porque no sé cómo he podido vivir sin saberlo en tiempo real.
Y enterarte de qué es el súperregulador, que por lo visto lleva 4 años diciendo que las subastas no son todo lo buenas que deberían ser y nadie le hace caso.

Y comprender que solo hay un ministro y es el de Hacienda, y bueno, el de Justicia, que presenta un anteproyecto de ley del aborto pero ninguna diputada de su partido conoce el contenido 1 día antes. Y escucharle y darte cuenta de que te está haciendo el lío. Y que no habías escuchado nunca lo del "reproche penal", será porque no eres licenciado en derecho, pero seguro que habrá algún bot que lo traduzca también en tiempo real. Y escucharle detallar un proceso infinito y cuando te das cuenta casi le das las gracias por hacer las cosas de esa forma, por tu bien. Porque no parece una respuesta a una pregunta sobre el anteproyecto, sino una clase magistral de Moral y Constitución. Y casi te lo crees, pero frenas en seco cuando recuerdas que también te convenció de su honesto interés en volver al espíritu de la Constitución en el asunto del Consejo General del Poder Judicial, y luego resultó que no, que el interés era en otra cosa. Y mientras tanto un juez les manda a la policía a la sede de su partido a llevarse unos papeles. Y la oposición....pues creo que lo más contundente y meditado que han hecho ha sido volver a twitter con un eslogan y un cartel de perfil mirando al futuro con aire desafiante.
Porque no necesitamos una oposición de jaleadores, sino de expertos que detengan los atropellos con el peso de los argumentos, no con el de la amenaza de los votos en las próximas elecciones.
Este sistema de legislar 4 años a golpe de enfrentamiento para deshacerlo durante los cuatro siguientes es inadmisible y ya hemos soportado varias series...

La locura no es excusa y la torpeza no puede ser tanta.
Que alguien medianamente informado tenga dudas sobre si podrá seguir corriendo por la vía pública, asistir a una manifestación pacífica o retuitear una convocatoria sin correr el riesgo de ser fuertemente multado, es de órdago.
¡Váyanse a paseo!  lo digo antes de que se apruebe, aunque tal y como está el patio, tal vez se aplique con efecto retroactivo. Habéis perdido el norte, o no leéis lo que aprobáis, o no leéis, simplemente.
Entiendo que la gente no quiera saber. Es empezar a informarte de algo y entrar en pánico. Así que paso a modo automático de escritura. Tal vez sea cierto lo que decía Cioran y sirva de catalizador de humores malignos.