jueves, 20 de diciembre de 2012

El placer de comprender

Lo habréis oído muchas veces, seguro. Niño de 5-6 años que se estrena en la lectura y camina leyendo cuanto se pone tiro.

-"pppa ssss te le ri a"

Décimas de segundo de silencio después:

-"!PASTELERÍA¡"

Una sonrisa triunfal en la cara, te mira fascinado porque su cabeza ha entendido lo que sus labios han dicho. Me encanta ese momento, dura muy poco, pero mientras dura es un auténtico disfrute. Descubren algo importante cada vez y a todas luces, ese descubrimiento es muy placentero.
Parece que necesiten escucharse para entender.

El sábado pasado tuve una experiencia que me hizo pensar en la "pppa ssss te le ri a". Acudí a un taller de matemáticas para aprender a jugar a las mates con niños pequeños. Pasé 3 horas estupendas manipulando pinzas, cola, judías, hueveras de cartón y telas de colores, viendo a varios adultos comportarse como niños y tratando de disimular su gozo cuando conseguían pillar en falta al equipo "contrario" en el dominó con bloques lógicos.
Y allí estaba con la huevera de cartón (de las de media docena) escribiendo en el fondo los números del 1 al 6 (en aleatorio que ya estábamos con el nivel avanzado) y cogiendo judías para que el niño que (supuestamente) iba a jugar con mi manualidad, colocara la cantidad de judías que indicaba el número que aparecía en cada compartimento.

Era importante darle el número exacto de judías que necesitaba para completar el juego de manera que pudiera comprobar que lo había hecho correctamente, así que necesitábamos... En esas estábamos.
¿Cuántas necesitamos? nos preguntó el profe, y cinco adultos sumando - 1 más 2, tres, más...
Yo debía estar ya tan metida en el papel a esas alturas de taller que usé los dedos y me puse a tapar con ellos los números que iba contando.
Tapé el 6 y el 1 y me dije: 7.
Tapé el 5 y el 2 y me dije: ehhhh! 7 otra vez!!.

Y en mi cabeza sonó: ¡PASTELERÍA!

Y quien suma seis, suma cien, mil...
Hacía mucho tiempo que no experimentaba ese sencillo placer.

Si tenéis curiosidad este es su Blog

viernes, 14 de diciembre de 2012

Keep calm and carry on

(cuando trates con la administración)

Mantén la calma y continúa (o sigue trabajando, o persevera...).




Esta mañana había carta en el buzón, una carta de papel, en un sobre que decía "Cortes Generales" y más abajo "EL DEFENSOR DEL PUEBLO".

Pensé que era una confirmación oficial de lo que ya sabía. A principios de septiembre, tras presentar las 94.000 firmas en el registro del Ministerio de Educación esperaba algún tipo de notificación oficial.

Vamos a ver, yo era muy inocente en estos temas, tanto, que cuando tuve que rellenar los documentos en los que informaba a la delegación del gobierno de que iba a realizar un acto simbólico en las inmediaciones del ministerio, pasé bastante apuro. En ese contexto se entenderá que esperara recibir algún tipo de información al respecto.
Después de unos días empecé a impacientarme, no ya por no obtener satisfacción a mi demanda, sino por no obtener ninguna satisfacción. Me dejaba completamente perpleja que ninguna de las consejerías de educación ni el Ministerio hicieran el menor esfuerzo por comunicarse con tantos ciudadanos que se habían dirigido a él de una manera adecuada.

Así pues escribí al defensor del pueblo. En principio entendieron que quería que ellos resolvieran el problema de los libros de texto en España, y cuando les aclaré que no aspiraba a eso sino sólo a que mis instituciones mostraran un mínimo de educación hacia el contribuyente y comunicaran que habían recibido las casi cien mil cartas, la reclamación siguió su curso.

Me han enviado una carta muy amable en la que demuestran que el asunto de los libros de texto les interesa y no abandonan la intención de hacer cuanto esté en su mano para "la consecución del objetivo mencionado" ("articular medidas que resulten aplicables al no requerir su implementación la utilización de fondos públicos", en otras palabras reutilización).

Sigo leyendo y tras dos páginas llego al párrafo que atañe a mi reclamación:

"Examinados los términos de la concreta solicitud de su intervención que dirige a esta institución (...) esta institución no advierte posibilidad de iniciar las actuaciones que solicita con la finalidad de requerir al citado departamento que dé respuesta a la petición por usted formulada al no deducirse (...) que en relación con su citada petición aparentemente presentada ante el Ministerio en los primeros días de septiembre pasado, se haya incurrido por el citado departamento en incumplimiento de los plazos dentro de los cuales deba resolver sobre su citada petición"

He leído la carta dos veces para asegurarme de haber entendido correctamente los términos (creo que una redacción más sencilla ayudaría bastante la verdad). Lo de aparentemente me disparó la ceja derecha, pero no quise perderme en detalles y tratando de ser práctica, llamé al teléfono que aparecía a pie de página. Me atendieron amablemente y tras dar el número de expediente al que se refería la consulta, pregunté.

¿Si el plazo en el cual deben resolver, no se ha incumplido, podría usted indicarme cuál es ese plazo?

Pues no, no pueden, porque para obtener esa información he de volver a escribirles un correo o carta indicándoles el número de expediente y haciendo la consulta pertinente sobre la respuesta a mi queja.
Me entró cierta risa, y me acordé de la frase del póster. Así que carry on, carry on, mañana, escribiré en un correo la susodicha pregunta, la reformularé, tal vez algo así como: ¿cuánto tiempo ha de esperar un ciudadano a que la administración le responda antes de poder manifestar su disgusto legítimamente?

Vuelvo a releer los 3 folios y termino de comprender ¡Tonta de mí!.

Mi queja es del día 13 de Septiembre, las firmas se entregaron el día 5 del mismo mes, así que efectivamente en 8 días, no habría vencido plazo alguno (sea cual sea). El problema es que yo recibo la respuesta tres meses después.
Bueno, entonces a la pregunta añadiré que a fecha 15 de Diciembre de 2012, el Ministerio sigue sin dar muestra alguna de haber recibido nada (y eso no creo yo que lo aguante plazo alguno).

Cuando no se puede confiar en la educación se hacen necesarias las reglas.

Nota: La imagen corresponde al famoso cartel que produjo el gobierno británico con el objeto de subir la moral a la población ante la posible invasión nazi, a principios de la segunda guerra mundial (1939). Se diseñaron tres carteles con este fin, los dos primeros se imprimieron y colgaron por todo el país, este último no llegó a ser distribuido.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Como si fueran a ser eternos

Esta entrada versa sobre políticos, política, libros de texto y ciudadanos. Y todo está relacionado.

El pasado miércoles las personas que habían firmado la petición recibieron una carta mía en la que se les ponía al día de los avances realizados. Ahí se explicaba que el grupo parlamentario UPyD había registrado una Proposición No de Ley para debatir en la comisión de Educación del Congreso (ver aquí).

Como consecuencia muchas personas han entrado en este blog para obtener más información y al mismo tiempo transmitirme su ilusión y apoyo. También me han hecho un par de veces la misma pregunta: "¿Sólo UPyD?"

He sido sincera y he contestado que el partido socialista de las Islas Baleares en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca presentó una moción para pedir que dicho ayuntamiento se adhiriera a la petición. Fue rechazada.

Y ahí termina la lista.

De partidos y de acciones. Así que sí, sólo un partido minoritario ha dado un paso en serio. Al menos a nivel nacional, porque lo mejor del asunto es que en varias comunidades autónomas este sistema se aplica desde hace tiempo (ver aquí ) y no tienen gobiernos del mismo signo necesariamente. ¿Por qué lo que es bueno para las familias de tu comunidad, no lo defiendes para las familias de otras CCAA?

A través de las redes sociales, en concreto Twitter, he recibido muchos mensajes de apoyo, y propuestas de trasladar la información a sus compañeros en el congreso por parte de asociaciones y grupos políticos, muchas de ellas son sólo aparentemente ciertas. A veces me tienta la idea de ir preguntando uno por uno: "¿qué hay de lo mío?" pero no creo que merezca la pena.

Decía Cioran: "Vivir es poder indignarse. El sabio es un hombre que ha dejado de indignarse. Por eso no está por encima, sino al lado de la vida.". Cuadernos 1957-1972 Tusquets
Tengo claro que aún no he alcanzado ni de lejos ese estatus, me indigno, menos que antes eso es cierto, pero me sigo sublevando. Lo llamo vehemencia, así parece menos grave.

Un AMPA de un pueblo de Murcia me da buenas noticias, quieren reutilizar sus libros y se han puesto a ello trabajando para convencer a los profesores de que les apoyen y ayuden. Me pide sugerencias, y yo me siento abrumada y trato de alertarle sobre los problemas con que otras asociaciones se han encontrado. Y me alegro y entristezco al tiempo, de ver tanto esfuerzo e ilusión, sin ayuda.
Me imagino a los padres con sus bases de datos, sus hojas de cálculo, preguntando y haciendo números, pensando si infringen alguna ley, y en cómo convencer a este profesor o a aquel padre.
Me dice y entiendo: "hay que darse prisa, cada año cuesta muchos euros".

El tiempo de los políticos es otro, a veces parecen vivir como si fuesen a ser eternos, como la juventud, que no concibe la muerte, ellos parecen no imaginar su desaparición de la política.
Por eso muchos de ellos no tienen prisa, los criterios de urgencia son otros, distintos.

En la conversación con Murcia aparece la idea de colaboración entre coles que reutilizan. Una red de colegios que apuestan por este sistema y se ayudan mutuamente ahorrando tiempo y esfuerzo, señalando los peligros y errores comunes para que el siguiente lo tenga más fácil. Me pareció una idea explosiva por muchas razones. La primera porque haría de esta propuesta algo absolutamente civil, independiente. La segunda porque es una muestra más de lo que llaman "desafección". 
Vamos a hacer las cosas con leyes y si no es posible, como buenamente podamos. Los tiempos ya no serán los de ellos, son los nuestros.

Honestamente no veo que seamos capaces como sociedad de cambiar la situación, pero sí creo que somos capaces de la más absoluta indiferencia. Si nuestros legisladores no cambian, los relegaremos a su mundo, a su tiempo, donde podrán ser eternamente ignorados por sus supuestos administrados.

Mientras escribía esta entrada leo esta noticia y me reafirmo, como si fuesen a ser eternos, así viven algunos.