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Citado en el libro "De qué hablo cuando hablo de correr" H. Murakami

miércoles, 27 de julio de 2016

Somos candidatas a la presidencia del país más poderoso del mundo.

Michelle Obama 26/07/2016 Convención Nacional Demócrata (i)
"Niños como el pequeño niño negro que miró a mi marido y, con sus ojos llenos de esperanza, le preguntó: ¿tengo el pelo igual que tú?"


Anoche, a la 1:15 de la madrugada, Hillary Clinton compartió en las redes sociales este vídeo:


Acababa de ser nominada por el partido demócrata para ser la primera mujer, en la historia del país más poderoso del mundo, candidata a la presidencia y comandante en jefe de los Estados Unidos.

Había hecho historia. Así lo sentía yo también que, ni americana ni nada parecido, permanecía despierta esperando el momento. Comandante en jefe (¡!). Se dice pronto.
Me regocijé íntimamente como si algo de lo logrado por esta mujer me tocase cerca, vi el vídeo varias veces, me emocioné y entendí por qué lo hacía. Lo guardé en favoritos y esta mañana he enviado el enlace a mi hija acompañándolo de uno de los mensajes más sentidos que le he escrito nunca.

El vídeo es buenísimo pero, como me ha comentado un amigo, podría parecer que quisieran "esconder" a Hillary.
No es el líder, no es la personalidad arrolladora, no es el candidato. No es un personaje icónico.
No es Obama, al que se le cae el carisma a cada paso que da. No. Hillary no tiene nada de eso. Ésa es exactamente la razón por la que creo que este vídeo es magnífico.

Un día antes, otra mujer ofreció uno de los mejores discursos que he escuchado últimamente. Michelle Obama dio un recital de elegancia, sensibilidad e inteligencia en la presentación que hizo de Hillary. Me llamó la atención la elección de las palabras, de las virtudes, que harían deseable a Hillary como presidenta:

Michelle Obama 26/07/2016 Convención Nacional Demócrata (i)

"Ha habido infinidad de momentos en los que Hillary podría haber decidido que el trabajo era demasiado duro, que el precio del servicio público demasiado alto, que ya estaba cansada de ser criticada por su aspecto, su forma de hablar o incluso por su manera de reír. Y ésa es la cuestión, lo que más admiro de Hillary es que nunca se doblega. Nunca toma el camino fácil. Hillary Clinton no ha abandonado nada en su vida."

Son las palabras que una mujer inteligente dedica a otra mujer inteligente. Es perseverancia, valentía, fortaleza, sentido de servicio público y sobre todo alguien de quien te puedes fiar. Alguien que jamás dejará el trabajo a medias. Alguien que no te dejará tirado.

El vídeo de la campaña no es pues un canto al líder. El candidato no es un mesías, es nada más y nada menos que un eslabón más en una aspiración colectiva. La nominación por sí misma, (ojalá culmine en la presidencia) ya es un paso mítico para todas las mujeres, minorías, y luchas por los derechos civiles. No es ella. Ella tan solo acepta, responsable y agradecida, el lugar que le corresponde en esa cadena por eso es tan importante señalar el trabajo de las que fueron antes que ella. Es muy consciente del legado que, para las que serán después, supone su nominación.

Es un video dirigido a todas las mujeres sean de la raza, religión u orientación sexual que sean. Es un vídeo para las niñas, que tendrán que añadir sus propios eslabones y soñar a lo grande.
Es un vídeo para todos que me recuerda el espíritu de Martin Luther King.

Frente a una candidatura centrada en el candidato, muy agresiva y que roza en numerosas ocasiones los límites de lo tolerable, la campaña de Hillary es un asunto colectivo. Y es que participar en la campaña de Hillary ha supuesto, ya, un éxito para millones de mujeres. No ha hecho falta que gane.

Por eso este video "esconde" al candidato. Hillary ha logrado que cuando ella fue nominada, millones de mujeres nos hayamos sentido triunfadoras. [¿Tengo el pelo igual que tú?]

No tiene el carisma, ni lo necesita. Es la corredora que toma el relevo de manos de su compañera y avanza sus 100 metros para entregárselo a la siguiente. Es una forma distinta de hacer política, quizás más femenina. Quizás es la única que puede hacer Hillary o quizás es la más inteligente (ii).

No puedo votarte Hillary, pero sí puedo compartir todo esto con mi hija.



(i) Extractos del discurso de Michelle Obama. Puedes leer la transcripción completa aquí. Merece la pena.
(ii) Según el Pew Research Center a finales de Junio la brecha de género era notoria. Las mujeres, de todas las edades, solteras o casadas, preferían a Hillary. 

sábado, 9 de julio de 2016

Conversación.


He estado tres días en Santander, en el entorno privilegiado de la Magdalena, he dormido menos de 12 horas en total y comprobado que las sillas de madera no son una buena idea cuando pasas más de 8 horas diarias sentada en ellas.
He vuelto a verificar, como cada vez, la necesidad que tengo de ver y oler el mar. He jugado una larga partida de palas con un vestido cuasi de noche, mientras a nuestro alrededor paseaban cuerpos en biquini. Hemos cenado de quince en quince y comido mientras prestábamos cargadores de batería a completos desconocidos que nos duplicaban o dividían la edad.
He escuchado a economistas, juristas, politólogos, sociólogos, estudiantes, amas de casa, profesoras, políticos, periodistas, activistas.
He disfrutado como una enana, como creo que solo puedo disfrutar cuando he alcanzado la edad que tengo y vivido las experiencias vividas. Cuando la vergüenza a preguntar y rebatir es una cosa absurda. Cuando te diriges a los ponentes porque te interesa la persona que ha emitido esa opinión con la que, a lo mejor, discrepas radicalmente.
Acercarse a un ideólogo de Podemos y preguntarle el motivo de su enfado, tan intenso, tan sostenido en el tiempo. Obtener como respuesta la confirmación de la emoción y el pesimismo ante el futuro.
Saludar a un hombre que te ha enamorado con su conocimiento, sus argumentos mesurados y su genuino deseo de bien común y descubrir que ha oído hablar de ti y que está feliz por decidirte a saludarle.
Jóvenes llenos de ideas que quieren hacer el Camino de Santiago y llevan el saco de dormir en el equipaje. Discusiones apasionadas, enfados que duran minutos, secretos, anécdotas jugosas, vidas privadas, amores, pecados del pasado, utopías...
Nos perdemos por un buen relato, seguimos perdiéndonos en ellos. El ser humano es fascinante sí, pero cuando interactúa con sus semejantes roza la gloria.

Cerebros dignos de observación detenida, unos con la habilidad de transmitir solo aquello que han elaborado desde el silencio y la exigencia, otros, que tras cada idea comunican una experiencia vital, física. También aquéllos que mostraban proyectos en curso o futuros y en dicha clave debían, aunque no lo deseasen, ser interpretados.
Personas aún por madurar y personas maduras. Egos y filias. Carencias y virtuosismo.

He aprendido muchísimo sobre el populismo, he llenado un cuaderno con las anotaciones y fotografiado a una decena de ponentes, retocando con cariño sus imágenes porque me gusta que las personas se vean bellas cuando transmiten conocimiento.
Tal vez escriba un post con las ideas que más me han impactado, por su potencia creativa o por su utilidad, pero realmente lo único que ahora mismo me interesa constatar y reivindicar es el poder de la conversación.

¡Por Dios Bendito! no hay nada, absolutamente nada, más poderoso, estimulante y erótico que una buena conversación.

Y todo lo demás, se os dará por añadidura.

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